lunes, 18 de abril de 2011

Rosario Álvarez: “Mi vida siempre ha sido la música, desde que era muy pequeñita”

Rosario Álvarez (La Laguna, 1949) habla con rotundidad y admite que su carácter tiene mucho que ver con haber logrado lo que quiso desde que tiene memoria, estudiar y dedicarse a la música. Hoy, además de catedrática de Historia de la Música de la Universidad de La Laguna, preside desde hace dos años la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel.

Rosario Álvarez es una mujer que forma parte de muchas instituciones culturales del Archipiélago. Su vínculo con la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel se remonta a 1994, cuando la eligen académica. Desde diciembre de 95, cuando "la Academia estaba intentando recuperarse y ni siquiera tenía sede" formó parte de la Junta de Gobierno. Durante 26 años ha participado en reuniones de la Academia en "bares, en salones prestados por instituciones, hasta que en 1990 nos cedieron una Sala en el Viera y Clavijo". Esta sede se inundó en la riada de 2002 y no fue hasta 2006 que el Ayuntamiento les cedió un espacio, en la plaza Irineo González. Ahora, cuenta ya con cuatro salas. Rosario Álvarez reivindica un estatus consolidado que le permita mantener un nivel digno de actividades. Reuniones de los académicos, ciclos de conferencias y cursos, mantienen viva la llama de la cultura. Por otra parte, la inquietud de Rosario Álvarez la ha llevado a crear la asociación de compositores y musicólogos de Tenerife, que presidió doce años. El objetivo es sacar órganos de los compositores tinerfeños, que cuenta con una organización similar en Gran Canaria. "El mundo musical de Canarias ha cambiado radicalmente. Ahora hay un plantel de compositores buenísmos, con nivel nacional e internacional". Entre los más conocidos cita a Juan Manuel Valero, Juan Manuel Ruiz, Emilio Coello, Laura Vegay Raquel Cristóbal, entre otros.

- ¿De dónde viene el amor por la música? "Antes de empezar el Bachillerato, yo ya estudiaba música. Solfeo y piano. A los diez años me examiné, no recuerdo bien si de primero o segundo de piano. Combiné mis estudios de música con el Bachillerato, que hacía en el Instituto, que entonces estaba en el antiguo Colegio Alemán. Durante el invierno me dedicaba más al Bachillerato y durante el verano aprovechaba para la carrera de piano y me examinaba en septiembre."

- ¿Cómo era Santa Cruz? "Era una ciudad muy tranquila. Yo conocí la antigua calle San José, la antigua Villalba Hervás y el café Cuatro Naciones, donde se reunían, además, profesores nuestros del instituto, que eran entrañables. Éramos pocos los que estábamos estudiando...".

- ¿Y mujeres? "Mujeres muchas. En mi curso eran muchas compañeras. Santa Cruz era un sitio tranquilo, donde yo con diez años iba y venía caminando desde el Instituto, en la calle Enrique Wolfson, hasta mi casa de la calle La Noria. No teníamos ninguna sensación de miedo. Mis hermanas y yo, que somos cuatro, todas somos doctoras".

- ¿Le costó más por ser mujer? "No tengo esa percepción. He llegado porque he trabajado, pero no me he sentido machacada ni marginada por ser mujer en ningún momento. Quizá porque tengo un carácter fuerte...".

- También puede ser porque eligió una especialidad de letras... "No creo, porque tengo compañeras del Bachillerato de aquella época, como Dominga Trujillo, que es catedrática en la Facultad de Química. A mí lo que me costó elegir fue entre Ciencias o Letras, porque me gustaban las dos. Me decanté por las Letras, quizá influenciada también por mi madre, que había estudiado Clásicas...".

- Luego, la cultura es de casa... "Sí, y no solamente por mis padres, sino que tenía tíos abuelos que habían estudiado y que tenían su biblioteca. De hecho, tengo un tío abuelo famoso en aquella época, que murió en el año 64 y todo el mundo lo conocía aquí en Santa Cruz, Juan Bautista Acevedo, que era periodista y abogado. Todo eso me encauzó".

- ¿Después del Bachillerato, qué hizo? "Inmediatamente pasé a la Universidad e hice tres años de Filosofía y Letras. A mí me gustaba mucho la Historia y yo quería irme a Madrid a estudiar, pero tuve la suerte de que cuando empecé en la Universidad comenzó la carrera de Geografía e Historia. Yo soy de la tercera promoción. En definitiva, todo me vino con los pasos contados".

- ¿La carrera de piano también?"Sí, me acuerdo que cuando terminé tercero de carrera hice aquí el final de la carrera de piano, octavo. Yo tenía la idea de seguir estudiando piano y mi padre me prometió que, cuando acabara la carrera en la Universidad, me dejaría ir a Madrid a seguir los estudios de piano. Así fue, cuando terminé quinto y la tesina, que la hice de Arqueología...".

- ¿Y eso? "Es que cuando estábamos en tercero llegó un profesor de Arqueología que nos entusiasmó a todos. De hecho, de aquí han salido arqueólogos como Antonio Tejera, el premio Canarias de este año, y muchísimos otros. Yo también me entusiasmé...".

- Lo que hace un buen maestro... "Es verdad. Lo que hace un buen maestro. Don Manuel Pellicer se llamaba. Llegó y para nosotros fue como una bocanada de aire fresco. De pronto vimos la posibilidad de que hacer Arqueología aquí en Canarias, con todo el aire romántico que conlleva eso de ir a una excavación y ver qué es lo que uno se encuentra. Lo cierto es que hice la tesina con el título El hábitat prehispánico de las Islas Canarias. Pero a uno las cosas se le van presentando y había un profesor, Jesús Hernández Perera, cuyas clases de Historia del Arte eran una maravilla, que estaba en el tribunal de mi tesina. Él me dijo que eso no era lo mío y me dio un tema para la tesis, en que tenía que unir mis conocimientos de música con la Historia del Arte. Mi tema: Los instrumentos musicales de la Edad Media a través de la plástica".

- Muy bonito, pero muy amplio... "Efectivamente, muy bonito pero amplísimo. Me llevó siete años por varias razones. Una, porque cuando acabé la carrera mi padre cumplió la promesa y me fui, con una beca del Cabildo, a hacer los estudios de perfeccionamiento de piano en el Real Conservatorio de Música de Madrid. Hice dos años de perfeccionamiento y tengo el título de profesora de piano. Además, me entusiasmé con el órgano y estudié cuatro cursos de órgano. Entonces con el piano solo se tocaba repertorio del siglo XIX y algo del XX, y con el órgano descubrí un instrumento donde había repertorio de los siglos XVI, XVII, XVIII... Se me abrió un camino".

- ¿Qué más descubrió? "La música contemporánea, por supuesto. Los alumnos del Conservatorio teníamos entradas gratuitas para los conciertos del Real. Estoy hablando de los años 70, y en aquella época la primera obra en todos los conciertos era una obra contemporánea. Al principio no me gustaba mucho, pero luego vas conociendo compositores y se va acostumbrando el oído. Tengo que decir que, cuando ya estaba en Madrid, conseguí la beca de" Investigación del Ministerio, que era sustanciosa y muy importante. Por las mañanas iba al Conservatorio y por las tardes al CSIC a buscar material para la tesis. Los sábados iba a la Biblioteca Nacional. Fueron cuatro años intensos".

- ¿Y el regreso a Tenerife? "Yo ya había tenido contrato de profesora ayudante en La Laguna cuando acabé la carrera. Cobrábamos 1.833 pesetas y las 33 había que dárselas al señor que nos la pagaba. Bueno, regreso en el año 76. Pude quedarme en Madrid...".

- Era una época muy singular en Madrid... "Pues sí. Primero viví el atentado de Carrero Blanco, que fue justo en la casa de mis tías, donde yo vivía, donde pusieron la bomba. En el sótano era donde estaban los terroristas y nosotros los saludábamos como a cualquier otro vecino. Yo había venido dos días antes y estuvimos muy preocupados por mis tías. Cuando regresé, después de Navidad, seguía allí el socavón y la Policía. Luego también viví la muerte de Franco, cuando casi todos nos sentíamos huérfanos. También vi a la Policía montada en el campus de la Complutense y aquí viví la muerte de Quesada. El rector no dejó que entrara la Policía en la Universidad y mandó a cortar la luz. A medida qu se fue oscureciendo, los estudiantes iban saliendo...".

- ¿Qué sabía de política? "Como estaba metida en mis estudios, era una ignorante total. Mi vida era una vida tranquila, la verdad. Entiendo que había gente que tenía que moverse y tenía predisposición para eso. Hay que agradecerles la vida que tenemos, pero mi vida siempre ha sido la música, desde pequeñita".

- Cuando regresa... "Tuve la suerte de que habían salido unas plazas en el departamente de Historia del Arte, donde todo el mundo me conocía, y la directora del Departamento me reclamó y el decano, que era don Sebastián de la Nuez, también. En el 77 ya estaba trabajando de nuevo como ayudante y también me llamaron del conservatorio y comencé a dar clases allí, en lo que hoy es el Parlamento de Canarias. Estuve siete años en el Conservatorio hasta que saqué la titularidad en la Universidad en el año 81 y al año siguiente me dieron el Premio Nacional de Musicología por mi tesis. Era un tema muy amplio del que he ido sacando muchos otros. Yo hice un trabajo puramente del estudio de los instrumentos musicales y después me desvié hacia la iconografía musical y he sido la pionera en España de esa rama, que es la iconografía musical y he publicado unos 30 artículos. Y en el año 90 saqué la Cátedra de Historia de la Música. Fui la primera mujer catedrática de Historia de la Música de España. Solo habían cinco, eran todos hombres y los cinco vinieron a mi tribunal. Ahora hay muchos, pero entonces no. Así que he participado en muchos tribunales de toda España".



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