miércoles, 20 de julio de 2011

Las joyas de los archivos gallegos


El Tumbo A, la otra joya de la catedral compostelana,
sobre los privilegios a esta iglesia


A pesar del 'robo del siglo' en la catedral de Santiago, los archivos y bibliotecas de Galicia siguen conservando una gran cantidad de joyas literarias. Manuscritos, pergaminos, incunables, documentos notariales y obras que van desde el siglo IX hasta nuestros días. Todos ellos se guardan celosamente en cámaras de seguridad y más custodiados que hace un mes, quizás, por el miedo que les ha entrado a muchos archiveros tras la sustracción del Códice Calixtino.

"Pues claro que se han extremado las medidas, como es lógico", afirma María José Juste, la directora del Archivo Histórico Universitario de Santiago que conserva uno de los documentos más antiguos de Galicia, un legajo religioso del siglo IX. Una opinión que también comparten la directora de la Biblioteca Xeral de la USC, Mabela Casal, y el canónigo archivero del Archivo de la Catedral de Tui, Avelino Bouzón. Todos ellos lamentan el robo del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago y aseguran, resignados, que ningún archivo o biblioteca está a salvo de los expoliadores de la cultura.

"Las precauciones son muchas pero nunca puedes evitar que pasen cosas como ésta. Es como una persona que tiene muchas propiedades y se le quema una", comenta Bouzón sobre el gran patrimonio documental de la Iglesia. "Por muchas medidas de seguridad que haya, quien te la quiera hacer, te la hace", añade Mabela Casal. Y eso, que tanto el Archivo Histórico Universitario o la Biblioteca Xeral cuentan con grandes medidas de seguridad entre cámaras, sensores o vigilancia privada. También el Archivo de la catedral de Tui es, quizás, el más seguro de la catedrales gallegas y cuenta, a diferencia de lo que ocurre con el de Santiago, con sensores de movimiento y un control estricto de los documentos.
Otras joyas de la catedral de Santiago

Sin embargo y a pesar de todo, el robo del Códice Calixtino ha provocado que, ahora, se mimen más que nunca el resto de joyas literarias que tiene Galicia, que no son pocas. Y es que, diseminados en varios archivos civiles, religiosos e institucionales, y también por bibliotecas públicas y privadas, se encuentran cientos, quizás miles –nadie se pone de acuerdo en dar una cifra-, de documentos de gran valor histórico y patrimonial.

Los más importantes siguen estando en la Catedral de Santiago. Allí se conserva el Tumbo A y el Breviario de Miranda que, curiosamente, estaban en el mismo cajón que el Códice Calixtino y que el ladrón o ladrones que se lo llevaron, decidieron no tocarlos. También están la Historia Compostelana y la Cróncia de Santa María de Iria.

El Tumbo A es una obra de los siglos XII y XIII que mandó realizar el arzobispo de Santiago, desde 1120, Diego Gelmírez para archivar en un único volumen la documentación regia de los siglos IX al XIII, con una galería de miniaturas de reyes, reínas e infantas de Castilla y León. También Gelmírez es el protagonista de otra de las grandes obras conservadas en la Catedral; la Historia compostelana, que es una crónica del siglo XII (hacia 1139) escrita en latín que recoge las empresas de Gelmírez.

El archivo de la catedral también conserva el Breviario de Miranda, que es del tercer cuarto del siglo XV y contiene un valiosísimo ciclo litúrgico con numerosas escenas neotestamentarias de filiación flamenca que combinan el texto y la iconografía y en el que se representan numerosas fiestas religiosas. Y la Crónica de Santa María de Iria, del siglo XV, que es un relato de historias de esta diócesis –cercana a Santiago y precursora de ésta-, que pretendía abarcar desde el comienzo de los tiempos hasta el momento de su composición pero que se detuvo en la época de Gelmírez.


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